En el Museo Histórico: regresa la colección Miguel Malo Zozaya a San Miguel de Allende

Al cumplirse 50 años del fallecimiento de Miguel Malo Zozaya, acaecido el 2 de mayo de 1972, el Museo Histórico Casa de Allende, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, anuncia la próxima inauguración de una sala destinada a la exhibición de la importante colección arqueológica reunida en la década de los cincuenta y sesenta y resguardada por este ilustre sanmiguelense, quien durante años estudió y divulgó la historia prehispánica regional. Tras la muerte de Miguel Malo, la mayor parte de dicha colección salió de San Miguel para ser resguardada y restaurada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Inicialmente reunida en el museo regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas, fue después depositada, una parte, en la zona arqueológica Cañada de la Virgen; otra más fue enviada al museo ex convento Agustino de San Pedro y San Pablo en Yuriria, y a la zona arqueológica de Teotihuacan para su restauración, quedando así durante años dispersa en diferentes recintos del Instituto. Sólo una parte de la colección se mantuvo en posesión de la viuda de Miguel Malo, Magdalena Luna Polo, quien antes de morir la entregó al INAH junto con la petición de que las piezas no salieran de San Miguel y de que fueran exhibidas de manera permanente en el recién inaugurado Museo Casa de Allende. Así fue creada en 1990 una sala con esa parte de la colección, hasta que la reestructuración del museo en 2010, con motivo del Bicentenario de la Independencia, desmontó la exhibición arqueológica en función de un nuevo guión museográfico. Gracias a la iniciativa del Museo Histórico Casa de Allende y de la asociación civil de Amigos del Museo, así como al apoyo de las diferentes áreas técnicas del INAH, esta extraordinaria colección arqueológica retorna a San Miguel de Allende, para ser resguardada, estudiada y exhibida de manera permanente en el museo, en una sala que llevará el nombre de Izcuinapan (primer asentamiento indígena en San Miguel tras la llegada de los europeos en el siglo XVI, que en náhuatl significa Agua de perros), mismo nombre que dio Miguel Malo al pequeño museo ubicado en su casa, en la calle de Mesones: el Museo de Arqueología Regional Izcuinapan, donde exhibió parte de la colección desde el año de 1967 hasta 1972. 2 Este promisorio proyecto, a cargo de la Mtra. Gabriela Zepeda García Moreno, investigadora del Centro INAH Guanajuato, del Mtro. Alberto Aveleyra Talamantes y del Arqlgo. Hugo Olalde González, con la aportación museográfica del Mtro. Marco Barrera Bassols, abrirá sus puertas durante el verano del presente año. Miguel Malo Zozaya integró su colección de piezas prehispánicas durante los años previos a la entrada en vigor de la nueva Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972, un periodo en el cual los coleccionistas jugaron un papel relevante en la conservación del patrimonio arqueológico. Cabe resaltar que, a diferencia de otros coleccionistas del país, más interesados en la estética y la diversidad de las piezas que obtenían, Miguel Malo concentró su trabajo de campo en la región de San Miguel de Allende, cuya riqueza arqueológica era entonces apenas conocida y, sobre todo, orientó su actividad a la investigación científica, plasmada en diversas publicaciones, entablando un diálogo permanente con historiadores y arqueólogos de la talla de Román Piña Chan, Roberto García Moll, Beatriz Braniff , Richard Mac Neish y el antropólogo Claude Levi-Strauss. Fue a partir de sus gestiones que el Museo Nacional de Antropología e Historia, de la Ciudad de México, exhibe desde 1964 algunas piezas arqueológicas procedentes de su colección. La comunidad de San Miguel de Allende, a 50 años del deceso de Miguel Malo Zozaya, lo sigue reconociendo como un sanmiguelense ejemplar y un tenaz defensor y promotor del patrimonio cultural. Nacido el 22 de diciembre de 1906, en el seno de una familia de raigambre histórica local, se graduó en la Universidad de Guanajuato como profesor en Farmacia, actividad que realizó durante su vida como un servicio a la comunidad, junto con el magisterio, que ejerció en diversas escuelas de educación básica y en el Instituto Allende. Fue asimismo director fundador del Centro Cultural Ignacio Ramírez El Nigromante, dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes, cargo que ocupó desde 1962 hasta su muerte, así como miembro de varias instituciones de estudios históricos, como el Seminario de Cultura Mexicana. Destaca, entre sus publicaciones, la primera Guía Turística de San Miguel de Allende. Apasionado de la civilización mesoamericana desde muy joven, dedicó su vida y sus exiguos recursos económicos a la valoración y la defensa del patrimonio histórico, esforzándose para que San Miguel de Allende fuera reconocido no solamente por su pasado virreinal y por su crucial participación en la gesta de Independencia, sino que también lo fuera por su pasado prehispánico. Hoy, el Museo Histórico Casa de Allende y la asociación Amigos del Museo celebran y comparten el retorno de la colección Miguel Malo Zozaya a San Miguel de Allende, a la vez que anuncian la creación de la Sala de Arqueología Regional Izcuinapan, a partir de su extenso y valioso acervo arqueológico, el cual abrirá la puerta a un trabajo más vasto de investigación sobre los pueblos mesoamericanos que habitaron la región de San Miguel de Allende, hoy conocida como la cuenca Central del río Laja. (Texto tomado del boletín informativo del INAH/02-05-22)